miércoles, 12 de septiembre de 2007

El camañismo se defiende como gato panza arriba:

VAMOS POR LA OFICIALIZACIÓN DE LA

NARANJA-VIOLETA

La directiva de la Utpba, queriendo tapar el sol con un dedo, no ha conseguido más que enceguecerse. Como si la proscripción de la lista opositora no fuera suficiente, ante el conflicto en Perfil por el despido de un compañero contesta arrojando volantes infamantes desde una camioneta, intentando ensuciar a los trabajadores de esa empresa y a sus delegados, muchos de los cuales son miembros de la lista proscripta. A esto se le sumó la golpiza a Tomás Eliaschev, trabajador de Perfil en lucha, por parte de funcionarios del sindicato. Y en una vuelta más de la rodada, siguen intentando ensuciar a los trabajadores a los que deberían defender, difundiendo la siguiente “explicación”: el compañero habría sido herido en “una pelea entre trabajadores”. Pero es inútil. El compañero golpeado ya los denunció públicamente, relacionando el ataque de que fue víctima con la política de las dirigencias sindicales aliadas al gobierno, que atacan a los luchadores gremiales intentando “domar” a los que no se agachan, como hace la UTA con los delegados del subte. La patota camañista se hunde en la vergüenza.

Un avance en la pelea por la democracia sindical: el Ministerio nos legaliza

Gracias a la presión y movilización y a la adhesión de muchos compañeros del gremio, el Ministerio de Trabajo finalmente intimó a la Utpba a oficializar la lista opositora. Este gran paso adelante, al que contribuyó sin duda el conflicto de los trabajadores de Perfil haciendo pública y notoria la política patotera de la directiva, no nos tiene que hacer olvidar dos cosas:

Primero: no sabemos cómo va a responder la directiva a esta intimación.

Segundo: nada ha respondido el Ministerio respecto del modo fraudulento en que está organizada la elección gremial, denunciado por la Naranja-Violeta en su presentación. Por ejemplo, no tenemos copia del padrón de afiliados; los lugares de votación son ochenta (sí, 80) pequeñas radios periféricas, mientras en medios con mayor concentración de trabajadores, como Página 12, no habrá urna. Esto, como es evidente, deja el control y fiscalización de las elecciones en manos casi exclusivas del oficialismo.

El arma con que queremos contar para seguir desbaratando las maniobras del oficialismo, es la movilización y solidaridad de nuestros compañeros. Los llamamos a seguir firmando el petitorio y enviando sus adhesiones, y proponemos realizar una movilización a la sede gremial para repudiar la proscripción y exigir la participación de la Naranja-Violeta en las elecciones. Hacemos extensiva la invitación a todos los sectores gremiales, políticos y sociales que quieran pronunciarse por la democracia sindical.

La camarilla oficialista, al ver amenazados sus 23 años de sillón, responde con proscripción, golpes y calumnias morales. Respondamos los trabajadores con las armas que nos son propias: la unidad, la solidaridad y la lucha.

El Gran Hermano no sólo nos espía: también nos explota

La lista Celeste y Blanca transformó a la Utpba en una asociación de profesionales

El oficialismo afirma que su lista está integrada por “profesionales” y “colegas”. Estas palabras no están elegidas al azar. Expresan la política de haber convertido a la organización gremial en una asociación de profesionales y cuentapropistas.

Desde que se produjo en los 90 la concentración monopólica de los medios de comunicación, miles de compañeros perdieron sus trabajos. Los que quedaron sintieron el azote de la precariedad laboral, la pérdida de importantes conquistas, la explotación y el cuestionamiento del rol del periodista como comunicador independiente. El convenio 301/75 y el Estatuto del Periodista se convirtieron en letra muerta.

Esto ocurrió en medio de un retroceso general de la clase trabajadora (desocupación masiva, pérdida de derechos laborales), de todos los gremios y en todo el mundo, y la gente, tratando de sobrevivir, apeló a crear emprendimientos propios, cooperativas, etc. En nuestro gremio, este proceso general se concretó en el enorme crecimiento de medios alternativos, que además sirvieron como una suerte de refugio para la necesidad de libre expresión de los periodistas. Pero no hay que confundir necesidad con virtud. Una cosa es esconderse en un sótano cuando viene el bombardeo, y otra es acostumbrarse al sótano y nunca más salir a la superficie.

En nuestra opinión, la dirección de la Utpba se adaptó a la derrota. Abandonó el objetivo que debe tener un gremio: defender los derechos de los trabajadores, y se dedicó a crear refugios para los que “pensamos igual”, en lugar de enfrentar la derrota apelando a la unidad de todo el gremio, es decir, de los que “sufrimos igual” la explotación y la precariedad laboral. La Utpba abandonó concientemente las grandes empresas periodísticas, provocando la desmoralización de los compañeros y la desafiliación masiva. Hace ideología de los medios alternativos, proponiéndose a través de ellos “vigilar a los que nos vigilan”, encubriendo con esto su negativa a enfrentar a las grandes patronales en su terreno, el de los medios masivos.

Hay que imponer el Estatuto y el Convenio en las grandes empresas

El Estatuto reglamenta nuestros derechos como periodistas profesionales: garantiza la libertad de expresión y pena la persecución ideológica. El Convenio establece normas en nuestra relación como trabajadores con la patronal: condiciones de trabajo, salarios, categorías (igual salario por igual trabajo). En muchos gremios, los dirigentes han entregado sus convenios, cambiando condiciones de trabajo por salario o eliminando categorías, en perjuicio de los trabajadores. La dirección de la Utpba afirma no haber entregado el Convenio ni el Estatuto, lo cual es cierto en el sentido de que no los han modificado formalmente. Pero en la práctica, el Convenio y el Estatuto no se aplican en casi ningún medio. Esto es parte de una pelea que está pendiente, y que sólo se puede ganar organizando unificadamente al gremio.

Las instancias organizativas y de participación como la asamblea general o el plenario de delegados, que han sido abandonados por la Utpba (hace 13 años que no las utiliza) son herramientas útiles para unificar al gremio.

En algunas empresas, como Crónica (cuya comisión interna integra la Naranja-Violeta), se mantuvo el convenio gracias a una durísima pelea, que incluyó huelga, movilización y golpiza de patovicas pagados por la patronal. Los trabajadores pudieron librar esta batalla porque se convencieron de que es importante que los que realizamos la misma tarea cobremos el mismo salario, que se efectivice a los tercerizados y facturistas, porque esa precariedad laboral atenta también contra las condiciones de trabajo de los efectivos.

La lucha por el estatuto y el convenio, y por el salario, ameritan una acción unificada, que hay que organizar desde el sindicato y que la actual directiva de la Utpba no quiere hacer.

Urgente: el gobierno dejó de disimular

La próxima presidenta K, en plena campaña, ni siquiera se molesta en prometer a los trabajadores mejoras que no va a cumplir. Se la pasa en reuniones con empresarios, prometiéndoles un “sinceramiento” y una “normalización” que, por desgracia, sí va a querer cumplir, y que significan bajos salarios y ningún tope a los precios y tarifas. Cristina propone un pacto social que los sindicalistas amigos del gobierno y enemigos de los trabajadores se apresuran a firmar. Los empresarios que hoy expresan su beneplácito con las promesas de Cristina, van a intentar nuevos zarpazos a nuestros salarios y condiciones de trabajo.

Los sindicalistas fieles a K hacen su parte: los delegados del subte están amenazados con el desafuero gremial por parte de la UTA. La gendarmería invade el Hospital Francés y los delegados son procesados, ante la impávida mirada del sindicato de Sanidad. La CTA del neumático publica volantes apócrifos tratando de ensuciar a la oposición luchadora de Fate (que, de paso, le ganó por paliza a la CTA la elección de delegados). Y la directiva de la Utpba, por más que se rasgue las vestiduras vociferando su pasión anticapitalista a todos los cielos, se hace parte de esta avanzada contra la libertad sindical proscribiendo y atacando a la oposición de izquierda.

Ni la camarilla “progre” de Camaño ni el sindicalismo K de Fatpren

La lista Violeta propone un cambio global para nuestra organización gremial. Queremos una directiva que se ponga a la cabeza de la pelea contra la precariedad laboral y por el salario. Que a los montones de pibes que hacen pasantías por 500 pesos, a los facturistas y contratados, los organice no sólo para charlar sobre comunicación social, sino para sumarlos a la pelea por la aplicación del Estatuto y el Convenio en los medios masivos.

La mayoría de los trabajadores (los que realmente “hacen la producción” en los medios) están fuera de la organización gremial. Así, la democracia sindical es fácil de declamar pero imposible de practicar, porque la verdadera relación laboral entre patrones y trabajadores no hace ninguna presión sobre los dirigentes gremiales. Es fácil para los dirigentes esgrimir el viejo argumento que tantas veces le escuchamos a la actual directiva: “la gente no quiere pelear”. ¿Cómo va a querer pelear un trabajador absolutamente precarizado, si no siente y prueba la unidad y el apoyo del gremio? No por casualidad, en Crónica la pelea comenzó por el pase a planta de los tercerizados y la efectivización de todos. Con un paciente trabajo desde abajo, de convencimiento y debate en asambleas, se logró la unidad necesaria para enfrentar los despidos y ganarle a la patronal, y hoy es uno de los pocos medios masivos donde el convenio se aplica de verdad.

Este trabajo hay que hacerlo en todas las empresas. Y más allá de lo que suceda en estas elecciones, la agrupación Violeta se formó para aportar a la reorganización del gremio con todos los trabajadores de los medios, efectivos o no, que quieran unirse para defender sus condiciones de trabajo y su salario frente a las patronales y al gobierno que las apaña, y pelear por una nueva conducción en la Utpba, independiente de los patrones, del gobierno y de cualquier burocracia sindical.

OFICIALIZACION DE LA NARANJA-VIOLETA E INDEPENDIENTES

Fuera la patota camañista que ataca a los trabajadores

Por una conducción que encabece la pelea contra la precariedad laboral y por el salario. Impongamos el Estatuto y el Convenio en las grandes empresas.

Por una Utpba independiente de los patrones, del gobierno y de cualquier burocracia sindical.

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